18 de Marzo de 2022 · 4 min de lectura
Hitos tecnológicos dentro de sus contextos históricos tales como el telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión o los satélites artificiales, marcaron cambios en nuestros hábitos y transiciones en las interacciones sociales. Por supuesto, la Internet no iba a ser una excepción, y recorriendo desde las primeras páginas Web, y más recientemente, como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, entornos para reuniones virtuales y la adopción del teletrabajo, tal como es el nuevo paradigma de nuestra cultura empresarial en APSL: remote first.
La digitalización y su expansión, nos ha transformado en una sociedad 'glocal' (global + local), puesto que en términos prácticos a nivel local nos podemos comunicar, y hacer transacciones comerciales a nivel global. Además, el uso de Internet a través de páginas web o aplicaciones móviles nos ha facilitado nuestro quehacer diario, por ejemplo el poder ingresar a nuestra cuenta bancaria y hacer transacciones (obviamente este territorio no está exento de riesgos, por lo cual es importante adoptar e implementar buenas prácticas de ciberseguridad).
Un breve panorama
Según DATAREPORTAL, se estimaba para enero de 2022 unos 4.950 millones de usuarios en Internet y el número crece cada segundo. Esta cifra representa el 62,5 % de la población mundial; adicionalmente, se cifra la cantidad de usuarios en las diversas redes sociales existentes sobre unos 4.620 millones (58,4 % de la población mundial). ¿Se ha preguntado lo que pasa en la Internet cada minuto? Hay 3,8 millones de búsquedas realizadas en Google, la gente crea unos 380 sitios web, unos 400 nuevos usuarios crean una cuenta en Facebook. Además, las personas envían 41,6 millones de mensajes en Facebook Messenger y WhatsApp; en Twitter se generan 87.500 tuits, y se cargan sobre unas 100 horas de nuevo material de video en YouTube.
Incorpore a la muestra de cifras ofrecidas, la actividad en línea de las transacciones comerciales de compra y venta; servicios financieros, comunicaciones, educación, administración pública, entre otros ámbitos. Por otro lado, la pandemia de la COVID-19 ha acelerado la implementación y desarrollo de soluciones digitales.
Los usuarios de Internet pasan una media de 4 horas y 25 minutos al día, mientras que los usuarios habituales de las redes sociales pasan 2 horas y 16 minutos al día. Alrededor del 20 % de la población mundial utiliza Facebook, lo que supone la asombrosa cifra de 1.420 millones de usuarios activos en todo el mundo. En cuanto a los navegadores, Google Chrome tiene una ventaja sustancial sobre la competencia.
No es de extrañar que el inglés sea el primer idioma utilizado en la red (Internet World Stats), que representa el 25,2 % de los usuarios de Internet en todo el mundo. De las 97.025.201 personas que se calcula que hablan alemán, el 95,1 % son usuarios de Internet. Y el número de internautas de habla japonesa ha crecido hasta un asombroso 152 % en los últimos 19 años. En España, según el BOE N.º 51, de 1 de marzo de 2022, el uso de la Internet de forma frecuente por personas mayores de 16 años se sitúa sobre el 83,1 %, mientras que las personas de entre 65 a 74 años se ubica sobre un 60 %, de acuerdo con datos del INE.
¿Qué significa todo esto? Se genera un enorme caudal de datos y metadatos (datos de los datos). A modo de analogía, los datos de por sí solos (datos en crudo) son materia prima; a los cuales, debidamente procesados (ordenados, procesados e interpretados), se transforman en un valiosísimo recurso de valor agregado, produciendo información útil y valiosa para la mejor toma de decisiones. A esto es a lo que nos dedicamos las personas en el Departamento de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial de APSL.
Corporate Information Factory: un nuevo paradigma para dar valor a tus datos
El paradigma del Corporate Information Factory (CIF), es un modelo creado por William H. Inmon, y se fundamenta en la creación de un repositorio centralizado que aglutina, al máximo nivel de detalle, los datos corporativos como fuente de información consolidada, para garantizar la futura explotación de los mismos.
Desde este paradigma, la sinergia de los beneficios específicos que pueden derivarse de incorporar el conocimiento y la experiencia que aporta la ciencia de datos, varían en función del objetivo (u objetivos) de la empresa y del sector en el que opera. Pongamos, por ejemplo, los departamentos de ventas y marketing, los cuales pueden extraer datos de los clientes para crear campañas de marketing individuales. Las instituciones bancarias generan datos para mejorar la detección de fraudes. Los servicios de streaming y música para determinar el interés de los usuarios y utilizar esos datos para saber qué programas de televisión o películas producir. Los algoritmos basados en datos también se utilizan para hacer recomendaciones personalizadas basadas en el historial de visualización de un usuario. Empresas de transporte como DHL y FedEx ya utilizan la Ciencia de Datos para encontrar las mejores rutas y optimizar los tiempos de entrega, así como las mejores formas de transporte para sus envíos.
En próximos artículos de este blog, seguiremos ampliando información sobre este fascinante paradigma en el cual convergen diversas disciplinas.
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