Remote First

18 de Agosto de 2021 · 5 min de lectura

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El proceso de vacunación sigue a buen ritmo y aunque la incidencia de contagios va aumentando según las diferentes olas, nos empezamos a acostumbrar a vivir con la situación. En el periodo inicial de Covid, tuvimos que adaptarnos al teletrabajo prácticamente de manera inmediata y forzosa. En la mayoría de los casos no fue una decisión reflexionada, simplemente sucedió porque no había otra manera.

Pero una vez ha pasado lo peor y la gente se ha ido adaptando, hemos descubierto que se puede gestionar también por videoconferencia, que la presencialidad es útil en algunas ocasiones, pero que no es imprescindible. Que las formaciones se pueden dar online, que poder grabar una reunión y verla luego permite un grado de asincronía mucho mejor que antes. La mayoría ha podido constatar que en remoto se trabaja de otra manera, pero pasar a trabajo remoto de manera improvisada y en una situación de bloqueo no es la mejor manera de iniciarse en el trabajo remoto. Trabajar en remoto implica tener las herramientas preparadas, la comunicación, la flexibilidad horaria y los flujos de trabajo necesarios. Implica que la empresa no puede gestionar por presencialidad, por ordeno y mando. Trabajo remoto implica confiar en los equipos, en su organización, permitir a la gente conciliar, y todo eso pudiendo verificar que el trabajo se realiza y se realiza bien.

Vemos ahora como algunas empresas que hasta ahora estaban teletrabajando, viendo que lo peor de la pandemia ha pasado están recogiendo velas e indicando a su personal que vuelvan a las oficinas, sea necesario o no. Ofertando puestos de trabajo que indican "temporalmente en remoto", simplemente porque su manera de gestionar requiere de esa presencialidad. En algunas parece que se va a permitir el teletrabajo uno o dos días, como paso previo para volver a la "normalidad".

Creo que pensar de este modo hace que todo lo que hemos vivido y sufrido en Covid para adaptarnos sirva de poco. Quiero pensar que durante este último año y medio hemos aprendido a gestionar en remoto, a tener reuniones virtuales focalizadas, con horario y atención. Hemos visto que no importa el lugar de trabajo sino el establecer vías de comunicación. Hemos aprendido que el teletrabajo y la incorporación remota aporta diversidad. Somo más conscientes que la gente tiene casa, mascotas y familia. Los onboardings son más complicados, pero también es posible llevarlos a cabo.

En APSL nos gusta decir que "somos adultos responsables". Eso significa que nos responsabilizamos de nuestro trabajo, y que todos y cada uno de nosotros cuenta. Al inicio de la pandemia, antes del bloqueo, pasamos de abrazar el teletrabajo a recomendar encarecidamente a la gente que no fuese a la oficina para evitar riesgos. Tratar a la gente como adulta significa que como empresa no vamos a decirle a la gente cómo vivir su vida. Forzar a que se tenga que ir a la oficina un día o dos a la semana significa decirte en la práctica dónde puede vivir cada uno, o poner por delante la facilidad la gestión frente a la conciliación. Forzando a desplazamientos innecesarios, arriesgando incluso la salud de la gente. Eso no casa con nuestra filosofía.

Así que hace meses comuniqué que optábamos por la opción de remote first. Eso significa que todo el trabajo se va a hacer siempre pensando y como si todo el mundo estuviese en remoto. Cuidando la documentación, las interacciones con los compañeros, pensando en la asincronía e incluso en distintas zonas horarias. Significa que mantendremos las oficinas para que la gente que no pueda o quiera tener home office pueda tener un espacio de trabajo a su disposición, pero sin requerir la presencialidad. Ir a la oficina o no quedará a elección de cada una de las personas que forman APSL. A algunas les irá mejor estar siempre en remoto y vernos puntualmente en fiestas y eventos, otras querrán ir siempre, otras de tanto en tanto. Somos una empresa de adultos responsables y creo que como empresa lo que tenemos que hacer es poner las bases para que podamos adaptarnos a distintas sensibilidades y maneras de entender el trabajo y la conciliación. Trabar a la gente como lo que es, adulta, capaz de tomar sus propias decisiones.

La situación de remote first nos ha permitido aumentar las diversidad de perfiles en APSL, definir nuevos modelos de trabajo y permitir una mejor conciliación familiar y laboral. Personalmente me alegraré mucho cuando que la situación de COVID se acabe y espero que lo haga lo más rápido posible, pero no creo que sería un error no haber aprendido nada de la situación y volver al estado inicial como si no hubiese pasado nada.

Las organizaciones deben cambiar, adaptarse a esta nueva situación. Nosotros hemos decidido que vamos a ser remote first, que vamos a cambiar la manera en que utilizamos las oficinas, manteniéndolas, o incluso abriendo nuevas, pero siempre como una herramienta más para que la gente de APSL tenga libertad de elección. Creo que como empresa tecnológica también tenemos que dar ejemplo de que esto es posible y dedicar recursos y esfuerzos para que sea una realidad que perdure en el tiempo.

Pasar a remote first también implica que ahora APSL es global. De momento solamente podemos contratar en España, pero al hacer el cambio hacia remoto y reorganizar nuestras estructuras de gestión y equipos, ha implicado que ahora la incorporación a APSL no depende del lugar de residencia, las ofertas de trabajo que tenemos abiertas lo están para cualquiera que tenga permiso de trabajo en España. Con esto también aumentamos la diversidad de la empresa, vemos otras maneras de hacer las cosas, nos hacemos más resistentes y resilientes como colectivo. Y tambień somos globales en proyectos, la organización remote first implica no solamente que tienes equipos distribuidos y remotos, sino que puede dar servicio a clientes remotamente.

Nuestros clientes ya estaban acostumbrados a que teníamos a gente teletrabajando fuera de las oficinas principales, ahora es la normalidad para los equipos. Se cambia también la manera de comunicar, poniendo mucha más atención a las ceremonias ágiles, donde tanto el equipo como el cliente participan, para lograr este grado adicional de coordinación y entendimiento entre todas las personas del equipo.

En APSL el trabajo remoto ha venido para quedarse, por responsabilidad, por cultura de empresa y por potencial. Lo ponga o no, por defecto todas nuestras ofertas de trabajo implican trabajo en remoto, las entrevistas por videoconferencia, los equipos distribuidos, los proyectos en cualquier lugar. ¿Y por qué no? Creemos que es la manera en la que las empresas tecnológicas o que pueden trabajar en remoto deberían poder funcionar. Predicamos con el ejemplo.

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